Parte 2 Definir el tema
1.- Crea un resumen de la historia que escribirás. La mayoría de las historias comienzan con el núcleo de una idea. Esto podría insinuar el tema de tu historia o este podría surgir a través del desarrollo de la historia. Si tienes una idea para una historia, será útil que hagas un resumen de la misma. Luego puedes empezar a determinar las diferentes direcciones que puede adoptar. Esto indica los temas potenciales en los que puedes centrarte. Resume tu historia, enumera a los personajes y establece el orden de los eventos que se producirán a lo largo de la historia.
2.- Propón ideas que puedan representar el tema. Después de identificar un tema para tu historia, puedes comenzar a pensar en formas de representarlo. Empieza con un ejercicio de asociación libre, enfócate en tu tema, ya sea en la palabra o en la frase Deja que tu mente divague y presta atención a los pensamientos, las personas, las imágenes, etc. que entren en tu mente. Anota dichos pensamientos e imágenes.
- Prueba la técnica del “mapa mental”. En esta técnica, comienzas con una idea central y empiezas a planear las formas en las que se desarrolla la historia. Así, también puedes comenzar a identificar la forma en que el tema se entreteje a través de la historia.
3.- Observa las motivaciones de tu personaje. Los personajes de tu historia tienen metas y aspiraciones. Estas motivaciones impulsan a tu personaje a comportarse de formas determinadas. Por lo general, estas acciones alimentan al tema de tu historia.
- Por ejemplo, si a tu personaje le apasiona convertirse en vegano, podrías comenzar a examinar los temas que hablen acerca de si los seres humanos tienen derecho a controlar el mundo natural.
- En muchas obras de no ficción, tales como una carta al editor, eres el “personaje” y tu motivación es lo que definirá el tema. Por ejemplo, si estás escribiendo una carta a un congresista acerca de un derramamiento de petróleo ocurrido recientemente en tu comunidad, el tema podría ser algo que indique la necesidad de la limpieza y responsabilidad ambiental.
4.- Piensa en el conflicto de tu historia. Los personajes en la historia se enfrentan a un conflicto que impulsa la trama, el cual podría ser un evento o un antagonista. Al averiguar el conflicto central de la historia, puedes comenzar a descubrir el tema.
- Por ejemplo, el padre de tu personaje cometió un delito. Por lo tanto, dicho personaje, un oficial de policía, se enfrenta a un dilema moral que consiste en si debe o no arrestar a su padre. El tema de tu historia podría empezar a surgir de este conflicto.
5.- Realiza una investigación que sustente tu tema. La investigación es importante en la creación de historias de ficción y no ficción. En una historia de no ficción, buscas principalmente los hechos que sustenten tu tema y los puntos secundarios. En una historia de ficción, la investigación también alimenta la elaboración de tus personajes y el entorno en el que interactúan de la manera más realista posible.
6.- Ten en cuenta que puedes tener más de un tema. No existe ninguna regla que diga que solo puedes tener un tema. Podrías tener un tema dominante con subtemas que fortalezcan y profundicen tu dimensión temática. Por ejemplo, quizás tu tema dominante sea el impacto humano en el medio ambiente y tengas subtemas de avaricia corporativa y la ruptura de la comunidad en la sociedad moderna.
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