En la redacción, un tema es la idea subyacente que se encuentra detrás de un artículo o historia que unifica sus palabras en un conjunto coherente. Se le conoce como el “músculo” o “vehículo” de una historia. Un tema puede expresarse en una de dos formas. Puede hacerse de forma explícita, generalmente en correspondencia comercial, redacción técnica y editoriales. También puede hacerse de forma implícita, generalmente en historias cortas, novelas y guiones cinematográficos. En este caso, el tema generalmente surge como la moraleja de la historia. Un tema sólido y bien definido le permite al lector vislumbrar el significado más profundo en la historia y la intención detrás de tu propia motivación por redactarla. Si bien la estructura y finalidad de escribir una historia de ficción y no ficción varían, existen técnicas comunes para ambos formatos de redacción, los cuales se describirán más adelante.
Parte 1 Prepararte para desarrollar el tema
1.- Entiende la diferencia entre “temática” y “tema”. El término “temática” es más general que “tema”. En una historia de no ficción la temática es un contenido general de interés mientras que en una historia de ficción es algún aspecto de la condición humana explorado dentro de la obra. Por otra parte, un tema es una declaración explícita o implícita sobre la temática.
2.-Identifica el propósito de lo que vas a escribir. El propósito detrás de tu redacción le dará forma a la manera en que desarrollas el tema en la obra. Existen muchos propósitos por los que alguien escribe. Tu redacción puede cumplir con cualquiera de los siguientes propósitos (o ser una combinación de ellos):
- Documentar o registrar un evento o información
- Reflexionar sobre una idea
- Demostrar un conocimiento
- Resumir una información
- Explicar una idea
- Analizar un problema
- Persuadir
- Brindar una teoría que especule o busque explicar un asunto
- Entretener
3.-Identifica a tu público. Conocer a tu público te permitirá determinar qué temas son apropiados para él. Esto también te ayudará a identificar la mejor manera de presentar dichos temas a tu público. Puedes determinar los temas que son apropiados para tu público al evaluar de manera realista la cantidad de conocimiento y experiencia que posee.
4.-Ten en cuenta la longitud del texto que estás escribiendo. Las obras más largas, tales como las novelas o las autobiografías, permiten la incorporación de otros temas que se subordinen al tema principal. Por el contrario, en el caso de las obras más cortas, como las historias cortas o editoriales, generalmente hay espacio para abordar un solo tema, aunque podrían hacer referencia a ideas de apoyo.
Fuente: Escritura