Cuando no tienes una estructura preparada es muy fácil que te vayas por las ramas y se presente uno de estos dos escenarios: repites varias veces los dicho y/o te quedas en blanco y lo verbalizas. Así que antes de pasar a las técnicas de improvisación, quiero darte un par de sugerencias sobre lo que debes evitar.
Repeticiones infinitas
Es habitual volver a repetir puntos ya mencionados cuando te quedas sin ideas.
Habitual pero no recomendable.
Eso solo debilita lo dicho. Limítate a seguir una de las tres estrategias que has visto hasta ahora y cuando acabes, calla. Las pausas son tus amigas.
Quedarse en blanco
Puede que no se te ocurra nada. Que la mente se bloquee y se pare. Es normal. No te preocupes. Si te sucede, no lo digas. Cabe la posibilidad de que tu interlocutor/es no se dé cuenta del bloqueo. Además, verbalizarlo no tiene ningún beneficio.
Si alguna vez te pasa, recoge lo último que recuerdes haber dicho con un “Como os he comentado, ………” . De esta manera ganas tiempo y es más probable que retomes el hilo de tus ideas.
Sí, volverás a pasar por encima de un punto pero estamos buscando una salida de emergencia. Salir es mejor que arder.