Pasos
1.- La comodidad no importa. Elige los zapatos adecuados. Si no estás acostumbrada a caminar en tacones, aprenderás rápidamente. Si los zapatos son nuevos, raspa las suelas con tijeras para no resbalarte al tocar el suelo. Alternativamente, puedes cubrirlas con cinta de enmascarar si no quieres rasparlas. ¡No uses chanclas bajo ningún motivo!
2.- Aprende a pararte como supermodelo. Practica tu postura: tira los hombros hacia atrás y hacia abajo y empuja las caderas ligeramente hacia delante. Esto crea la ilusión de inclinarse un poco hacia adelante, en lugar de hacia atrás adoptando una posición hostil. Debes poder equilibrar un libro en la cabeza.
3.- Baja el tercio anterior del pie primero (no los dedos) y luego el talón. Apoya la mayoría del peso en el tercio anterior y no en el talón. Quizás se sienta extraño, pero tus pasos se verán elegantes en lugar de toscos, como se verían si te apoyases en el talón. Es similar a caminar en puntillas como una bailarina de ballet, pero con mayor naturalidad.
4.- Pon un pie delante del otro (literalmente). Los dedos deben apuntar hacia delante. Las yemas deben describir un zigzag. Al hacerlo rápidamente, tu cuerpo adquiere una oscilación característica. Tus tobillos no deben chocar jamás, ¡pues es doloroso y puedes caer!
5.- Procura que tus pasos se vean largos y controlados. Para ello, levanta las piernas casi como un caballo al trotar. En cada paso, se recomienda levantar el pie a gran distancia del suelo (flexionando la rodilla) y colocarlo muy por delante del pie de apoyo. No des pasos demasiado largos, de lo contrario lucirás incómoda y sin gracia, más bien asegúrate de que tengan la distancia suficiente para no resultar cortos. Recuerda girar las caderas. Es difícil describirlo, pero fácil hacerlo.
6.- Mira de frente y captura la esencia de la ropa que llevas en la expresión de tu rostro. Concéntrate en un objeto justo en frente de ti (pero no te quedes mirando a alguien, es escalofriante). Intenta “sonreír con los ojos”. Le dará un aspecto fiero a tu rostro y a tu caminata. Mantén el mentón nivelado y la mirada arriba. Los espectadores deben ver tu rostro. Mantén la cabeza y los hombros firmes como si fueras un colgador de ropa en el que esta debe columpiarse. No balancees los hombros y no exageres el movimiento de los brazos. Sin embargo, asegúrate de girar las caderas más de lo usual. Quizás tome algo de práctica lucir bien. Cuando el ritmo de la música sea más lento, gira las caderas más y baja la velocidad. Cuando gires al final de la pasarela, asegúrate de que el pie izquierdo esté frente a ti cuando pauses durante uno o dos tiempos de la música. Las caderas, los hombros y los pies deben apuntar hacia un costado de la pasarela, mientras la cabeza se encuentra girada para mirar directamente a la audiencia por sobre el hombro. Luego de pausar o posar por un tiempo, gira tus pies para apuntar hacia la cortina o el panel de vidrio, recoge el pie delantero primero (el derecho) y continúa caminando. Asegúrate de que el rostro sea lo último que gires en dirección opuesta a la audiencia.
7.- Los dedos se mueven nerviosamente o se hacen puño por sí solos cuando se está nervioso, ¡no lo permitas! Será una distracción peor de lo que crees. Deja que cuelguen relajados. Sacudir las manos antes de caminar te ayudará a relajar los dedos y lucir más natural.
8.- Desarrolla una caminata característica. No hay una fórmula sencilla para caminar en la pasarela. Por ello, lo que te hará resaltar en ella no es solo lo bien que muevas el cuerpo, sino también la personalidad que puedas inyectar en tu actuación para hacerla memorable. La mejor forma de crear un estilo único es experimentar, practicar y obtener retroalimentación, incluso si se trata de críticas constructivas.
9.- Lo más importante es caminar y pavonearse sintiéndote hermosa y muy sexy, ¡como si todos los chicos enloquecieran al verte! La desconfianza en una misma y la autoestima baja son dañinas. No hay nada más hermoso que una chica segura de sí misma.
Fuente: wikihow.com
